Me gusta el fanzine L’injecteur, hecho por y
para personas drogodependientes (infomanos, o "usuarios de drogas inyectadas o inhaladas"). Nada moralizante, increible en esta ciudad en que las tías se comportan en las duchas de las piscinas como si tuvieran un górgona entre las piernas y otras dos en cada pezón -esto ya lo desarrollaré porque me tiene frita-. Se edita para difundir información útil para los consumidores de estas sustancias, también para que sea
un espacio de socialización entre ellos y con educadores y sanitarios y finalmente para cambiar la percepción que el resto de ciudadanos tienen de ellos. Aquí se
puede aprender cuál es la estrategia casera más exitosa para reducir el consumo
de cocaína o qué nueva droga es el Cocodrilo,
una de las muchas nuevas basurillas baratas y letales que han emergido con la
crisis económica. Cultura alternativa
de verdad, dibujos y textos de gentes sin las influencias habituales, mucho que
contar y que expresar. Ah, y suelo encontrarlo en uno de mis garitos favoritos –lástima
que casi sólo funcione como sala de conciertos, con el palo que me da a mí
pagar por ver a una banda que no conozco...-, L'hémisphère gauche. Bonito
nombre, ¿a que sí? Qué positiva estoy hoy, por Dio, sólo me falta ponerme
begonias escarlatas en el pelo.
1 comentari:
És normal que a països on no tenen Los Chichos hagin d'expressar el ionquisme amb altres formes artístiques.
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