divendres, 2 de novembre del 2012

Apuntes sobre el choque cultural (I)

Lo que sigue son un montón de lugares comunes, generalizaciones y apreciaciones sin ninguna voluntad de inferir. No es ciencia, es intuición... me animo a escribirlo porque me acaban de lanzar esta pregunta: "¿pero... son todos igual de caraculos, o qué?". A ver... ¿Cómo me parecen a mí los québecois hasta ahora?




-Son confiados. Dejan los coches descapotables descapotados, las puertas de sus casas abiertas, las bicicletas sin atar (por eso se las roban y se escandalizan). Los empleados son honestos y no tratan de que compres más de lo que necesitas. No preveen que nadie les vaya a tangar y algunas ideas maravillosas (como communauto, un sistema de alquiler de coches por horas más barato que una compañía normal pensado como una red social) fracasarían en España porque se basan en que nadie defraudará los interses comunes. Igualmente, se escandalizan sobremanera ante cualquier sospecha de corrupción, por leve que sea, y les hiere enormemente en el orgullo conductas impropias en su clase política que nosotros consideramos ya normales. Sus políticos son más honestos, amables entre sí, cercanos y asequibles que los nuestros. Ciudadanos y políticos son, en general, más cívicos. Esto no es bueno, es MUY bueno, es casi lo mejor que se me ocurre que podría decir de una nación... peeeerooo...


-Dicho esto, no todo son "flors i violes". Son envidiosos. No sólo no celebran los éxitos ajenos, sino que reaccionan mal ante ellos y son capaces de espetarte: "por qué tú sí y yo no" en la cara... al menos no son falsos. Esto no lo digo yo, lo dice Hubert Mansion en su excelente guía sobre montréal para europeos, y lo he venido constatando en el ámbito académico desde enero. Ante una salida de tono así, el europeo se queda boquiabierto, no sabe si reír, esconderse debajo de la mesa a llorar o levantar el dedo corazón y buscar un equivalente en francés a "súbete aquí y pedalea".


-Son cumplidos. Si aceptan una invitación siempre traerán alcohol y algo de comer y eso también se espera de tí (pedazo de salvaje recién bajado del árbol).

-Son informales. ¿Dicen que los latinos somos tardones e informales? Ja. Desde que he llegado, varios conocidos europeos se quejan de que sus recién conocidos québecois llegan tarde a las citas o directamente no se presentan. Si envías un mail para una convocatoria social reclamando confirmación, no responderá ni el tato, pero se presentará todo cristo. Una variante de esto, más grave, es que tienden a faltar a su palabra una vez se ha pactado algo en el ámbito de los negocios. Por ejemplo, que te suban el precio de una habitación alquilada una vez has aceptado las condiciones iniciales. O que se desdigan de que te iban a vender algo. En mi caso, me subieron el alquiler sorpresivamente por guardar una bici en el garaje (aunque me habían dicho que estaba incluído en el precio).

-Es muy difícil entablar una relación de amistad/colegueo. Porque sí, quieren tomar una cerveza contigo, pero tienen que incluirlo en la agenda al menos con dos semanas de antelación. Nada de tomar algo al salir del curro, ni llamarlos para que vengan a cenar este viernes, ni mucho menos llamar a su puerta. Planificación. Esta es una de las cosas más incompatibles con el "carácter mediterráneo"... o lo que sea. Tal vez tenga algo que ver con el clima -el crudo invierno requiere de organización-, pero lo cierto es que se comportan así todo el año. Tal vez juegue algún papel el hecho de que la birra cuesta unos 8€ la pinta propinas incluídas. En la misma línea, son poco apasionados y expresivos para nuestros estándares.

-Son ridículamente púdicos y vergonzosos. En los gimnasios, se duchan (cuando se duchan, cosa que no es habitual) con bañador o a puerta cerrada si la instalación lo permite. Tíos y tías. Estoy segura de que es una mala herencia de su pasado católico, pero los españoles, catalanes, franceses... se han quitado estas tonterías de encima mucho antes y más radicalmente. Aquí no. Y esta tontería con el cuerpo propio y ajeno se extiende a cosas como la lactancia materna. Está muy mal vista, y hay piezas de ropa diseñadas para ocultar-asfixiar al combo niño-teta. También hay locales y bares "lactation friendly", donde permiten a las mujeres lactantes entrar (esconderse) a dar de mamar a su cría sin estar obligadas a consumir. No quiero saber cómo debe ser ligar y tener sexo con un local. La risión. Igual tienen sábanas con agujeros y tal, yo qué sé.

-Son proteccionistas, aunque vayan de liberales. Es decir, son incoherentes. Si Europa se hunde, es porque tenemos demasiados impuestos y gasto público. Ahora, aquí no entra ni un botellín de cerveza yanki, la SAQ es una mafia que controla toda la entrada, salida y venta de alcohol a unos niveles que ni la URSS. Huelga decir que hasta el más federalista está tan orgulloso de su Québec que cuesta distinguirlo de un soberanista.

-Son pacientes y celebran tu francés de mierda, siempre que demuestres interés y esfuerzo en aprenderlo. Curiosamente, no hay casi programas de enseñanza del idioma a menos que tengas un estatus de residente permanente. Se espera que los que venimos a currar ya sepamos francés y nos larguemos ipso-facto al caducar nuestro permiso de trabajo. Las esposas rusas de los locales (me lo estoy inventando, igual no hay), sí pueden aprender francés para que puedan entender bien los culebrones. Pero esto es más policy que cultura.

-Van de feministas, pero son unos falócratas. "A mi no me preguntes, esto lo sabe mi mujer". Les parece enormemente progresista ceder a las mujeres todo el poder decisorio respecto al hogar, los niños... cuando en realidad se están escaqueando de compartir responsabilidades familiares. Otra herencia católica chunga. Súmale a esto que a sus novias y mujeres las llaman "mi rubia" independientemente del color de pelo, estátus social o contexto de la conversación. Imagínense a Mas o al rector de la UAB hablando de "su churri", ésa es la impresión que da a un europeo. (Sí, las mujeres también se refieren a "mon chum", pero no sé por qué, no suena tan mal). La actitud putanesca de las camareras en los bares (frotándose entre ellas, con el amo, con sus compañeros varones) supongo que no ayuda mucho a romper tópicos.

-Yo no viajaría a Québec buscando delicatessens. No son grandes cocineros. Los restaurantes más reputados son de estilo francés. Ignoran las bondades de las primeras materias locales -patatas, pimientos, tomates, bayas, manzanas, nabos, remolacha, maíz, setas salvajes...- y los dos o tres platos "nacionales" -faves au lard, poutine, tourtière- están muy lejos de ser "gastronómicos". Son pesados, no tienen matices... calorías "en vrac" para soportar el invierno.


-Son muy permisivos y "suaves" con los niños, aunque éstos no son demasiado impertinentes en público.

-Odian las ardillas. Esto es otro motivo de choque cultural. Nosotros nos dejaríamos pegar la rabia y nos retenemos para no darles besos en la boca todos los días.
---------------------------------------------actualización 1. 3/11/2012--------------

-Ceden el asiento en el transporte público y te llaman la atención si no lo haces (bien!). Si hay un accidente, por ejemplo de bicicleta, te socorrerán y son capaces de perseguir al causante, porque tienen una idea muy recta y clara de lo "que está bien" y de lo que es aceptable en público.

-Sin embargo, chillan como energúmenos en los bares.

-La culpa planea sobre nuestras cabezas como un buitre, Nietzche estaría encantado. A la que pasa algo en el ámbito laboral o cualquier otro, todo el mundo afila el índice y se da prisa para apuntar al "culpable" y sacudirse la culpa de encima. Hay quien dice que esto podría deberse al individualismo y a la falta de espíritu de equipo, a la competitividad yanki... yo creo que esto viene del catolicismo también. Vamos, que son unos acusicas.


-Si se te ocurre no dejar propina, te abroncarán sonoramente. En los USA pueden preguntarte "qué han hecho mal" para que no les dejes propina. Aquí he visto 3 veces a camareras cuadrarse exigiendo su 15%.

6 comentaris:

Anònim ha dit...

Esta no es mi Carol, si esto te parece ofensivo es que te estás Quebequizando! Me parece suave, creíble, demasiado civilizado para tu style cuando estás mosca!

galais ha dit...

¿Quebequizando yo? uy lo que me ha dicho...me voy a chivar al jefe, ale, ale... (by the way, who are you?...Joan?)

txako ha dit...

Vaya tela! Algunas cosas me recuerdan a los ingleses del sur, improvisar es casi imposible! Espero que te lo estés pasando bien de todas formas. Ha pasado la tormenta ya?

txako ha dit...

Vaya tela! Algunas cosas me recuerdan a los ingleses del sur, improvisar es casi imposible! Espero que te lo estés pasando bien de todas formas. Ha pasado la tormenta ya?

Anònim ha dit...

Estoy de acuerdo con el Anónimo 1, esto es mu light pa ti Carol. Dales cañaaa!!! Muaka!! Noemí.

Pepe Ventura ha dit...

Carol se está volviendo buena... hay que ver.

Lo de las duchas es sospechoso, pero el odio a las ardillas confirma que no son de fiar. Y si no, que se lo pregunten a las focas.